Esta historia surgió en un vuelo de hora y media que tome para ir de la ciudad donde estudio a visitar mi hogar. Realmente me sorprendí lo que puedo hacer con mi metodología de escritura una vez que tengo el tiempo de pensar en las escenas, y la imagen de personajes que quiero dar. Pero por ese mismo desarrollo exponencial me quede el titulo de historia corta ya parece no aplicar para esta sección. Probablemente logre expandirlo a una mini-novela, pero bueno de momento es una novela tipo thriller bastante obvia para algunos, un poco interesante para otros, en fin. Me gustaría que me dijeran que va a pasar, o mejor dicho que quieren que pase. Trabajar y jugar con esas ideas me parece, lograra una lectura mas activa. Y... Miki no tiene domingo. Los dejo con una sonrisa de criminal y espero me dejen una que otra idea.
Capitulo 1
Meditando en el pecado se entiende que aun cuando los 7 de ellos, que aunque son tan humanos como aquellos que los nombraron “pecado”, nos damos cuenta que no los mismos hombres se ven inclinados a cometerlos. La pobreza del pobre lo limita de la gula, lo aislado del ermitaño lo hace olvidar de la envidia, lo inocente del infante le impide reconocer a su Dios como Dios (irónico en muchos sentidos). Los ejemplos siguen y siguen, pero entre mas se indaga en el asunto, mas nos damos cuenta que hay una constante detrás del pecado; el poder. Poder económico, poder autoritario, poder que embriaga de soberbia y ciega con codicia. Subiendo a un humilde mortal al trono, las cabezas comienzan a rodar. Incapaces somos los hombres de tomar posiciones sin dedicar la mitad de nuestro poder en complacer a nuestro ego, y al de aquellos quienes nos han puesto ahí. Pensaran que estas prácticas cuasi-medievales han sido olvidadas, pero se ven diario entre políticos, comerciantes e incluso criminales. Aun cuando suena razonable para los últimos el ser fríos y despiadados con sus congéneres humanos, los otros se supone que sirven a los mismos – y sin embargo no se tocan el corazón para sumir al pobre en la desesperación, al enfermo en muerto, al inocente culpable.