Familia
Al cabo de que Ariel nombra a Anastasia esta se da vuelta, pero sus ojos
están llorosos, no sabe lo que esta pasando, todo en su mente es confusión, no
entiende nada. Ariel intenta calmarla como puede, ya que sabe que los recuerdos
llegaron de golpe, y los recuerdos que había generado Samanta se habían anulado con los de Anastasia. Al rato llega
Daniel, sintiendo que lo que mas temía se había hecho realidad, él ve a Ariel
intentando calmarla, pero no habían resultados, ella estaba tan desesperada
como en un principio, Daniel se acerca a ella, le toma la mano, y le habla
dulcemente, con una voz tan tranquilizante que el llanto de Anastasia había
desaparecido, y solo quedaban sollozos.
-
¿Estás más tranquila ahora?-
mirándola fijamente con su particular rostro en calma
-
Un poco- contesta la muchacha
-
Mira, esa imagen que tienes
de un accidente es real, te ocurrió, pero han pasado catorce años – menciona
Daniel con total calma -falleciste, eres un ángel.
-
Se que ahora en tu cabeza,
todo está muy confuso, que no entiendes mucho, tus sentimientos que estuvieron
reprimidos durante años, han estallado.- le dice Ariel, muy tranquila.
-
No entiendo nada, mi cabeza –
gimiendo e intentando no perder la calma
-
Se que sientes como si te
fueses a volver loca, pero debes tranquilizarte, respira.- le aconseja Daniel,
el cual no pierde en ningún momento la calma
Al cabo de unas horas logran calma
a Anastasia, y los recuerdos ya estaban claros, los memorias de Samanta habían
vuelto, y la historia estaba un poco más clara que hace unas horas antes, sabía
bien que estaba muerta, pero lo que no entendía era por que estaba de vuelta en
la tierra, no entendía por que su familia había estado tan mal y por que
necesitaron intervención divina para repara sus errores y resolver sus problemas.
-
No entiendo, ¿Por qué mis
padres actuaban así? – mirándose las manos y jugando con ellas
-
El dolor, el dolor ciega a
las personas e incluso a los ángeles- le dice Daniel muy sereno.
-
¿los ángeles sienten dolor? –
algo impresionada
-
De ves en cuando, pero son
por otras razones, tu dejaste a tus padres, eras su más preciado tesoro junto
con tu hermano y perderte significo que una parte de ellos se iba y se perdió
por años, hasta que apareció Samanta, la chica dulce y tierna que se parecía a
ti y les traía tu recuerdo – explica Ariel
-
Pero aun no entiendo ¿Qué
hago aquí como otra persona y no vine como Anastasia?
-
Bueno eso es otro punto, no
te trajimos como Anastasia por que tus padres aun están aferrados a ti, y verte
como tal les haría mucho daño, al igual que a tu hermano, a el más que a nadie
le dolió tu muerte, a tal punto que bloqueo todo recuerdo tuyo, o todo recuerdo
que le trajera dolor, por eso solo trajimos a esa parte que es una mujer,
separamos las esencias que habían en ti, la primera es la de la hermana, esa
chica que da todo por su hermano menor la
segunda es la mujer, esa chica coqueta y risueña, que conquisto muy bien a tu
hermano…- Manifiesta Daniel a Anastacia.
-
Eso es extraño, se enamoró de
mi, de la mujer… eso es incesto. – algo asqueada por sus propias palabras,
tomando el cojín entres su brazos y abrazándolo.
Ellos se ríen de las palabras de
la joven, pero explican como era costumbre de ellos, que no era precisamente
así, ambos desconocían que eran hermanos y sabían que ese amor jamás se
consumaría solo sería una ilusión para ella, y un bellos recuerdo para, nada
más que eso, pero con los recuerdos de anastasia a flote todo lo que habían
avanzado corría peligro y ambos ángeles se lo mencionaron e intentaron hacer
entender lo que ella debía hace de ahora en adelante, la misión debía continuar
y terminar como era debido,
-
Solo debemos adelantar el
proceso, pero no será de la mejor manera esto requiriera de medidas drásticas –
Menciona Ariel con un sutil tono de preocupación pero a su ves desviando el
tema- ¿Quieres ver a tus padre, a tu familia?
-
¿Puedo? – con un brillo en
los ojos que demostraba alegria
-
Solo desde la ventana, dame
la mano.
Una luz resplandeciente rodeo a ambos ángeles y de un momento a otro
aparecieron en la ventana del comedor, ahí vio a sus padres, felices juntos a
sus hermanos, ella preguntó por la niña que estaba ahí, a esto Ariel le
responde que es su hermana menor Natalia. En ese momento mil emociones pasan
por el corazón de Anastasia, tenía ganas de correr y abrazarlos, pero bien
sabía que no podía hacer eso, solo se limitaba a ver por la ventana a lo que
había sido su familia.
De vuelta en el departamento, Anastasia se fue directo a la cama, claro está
que Miguel quien recién había
llegado no entendía lo que estaba
pasando, Daniel le explica lo que sucedia, quien comprendió la situación demasiado bien, a
pesar de que no podía imaginarse lo que estaba pasando en ese instante por la cabeza de Anastasia, ni
lo que se sentía su corazón, al fin y al cabo había sido humana, y ahora estaba
muerta...
Durante toda la noche Ella pensaba en lo que iba hacer mañana, tenía que
enfrentarse a Alex como Samanta, no como Anastasia, y eso la complicaba
bastante, pero ella entendia que debía hacerlo. A la mañana siguiente le dijo a
Daniel que no quería ir a la escuela con Alex, que no sería capaz de
enfrentarlo así, necesitaba relajarse más, Daniel la comprende y cuando Alex
llega a buscarla, Daniel le dice que ella se encontraba enferma que hoy no iría
a la escuela, el un poco más desanimada se va del departamento. Al rato de
cerrar la puerta aparece Anastacia, un poco más calmada, y sobre todo más
relajada.
-
vas a tener que enfrentarlo
tarde o temprano.
-
Lo se Daniel, pero prefiero
hacerlo mas tarde que temprano- responde ella aun a acongojada por la situación
-
Tienes que tranquilizarte, de
otra manera va a ser muy evidente tu cambio – se expresa Miguel observándola
desde el pasillo.
-
Gracias por preocuparte
Miguel.
-
Ahora, me pueden explicar,
algo que no me dijeron, ¿Por qué mi familia cambió?
-
Te lo dijimos, no prestas
atención, cambió por no decir nada, durante catorce años tus padre guardaron
todo su dolor, durante esos años no pelearon, no se reclamaban nada, sin
embargo a tu hermano lo trataban muy mal, casi no le daban cariño, y mientras
fue creciendo se lo fueron quitando más y más. Cuando nació Natalia, tal vez
fue la primera luz que ellos vieron al final del Túnel.- le explica Ariel
-
Tus padres guardaron mucha
rabia, y la rabia no le hace bien a nadie-. Toda la frialdad que tus padres
tenían, era para evitar sentir dolor, pero sentir dolor te hace superar las
cosas- dice Daniel muy tranquilo.
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