4 Temporadas de Vida

Jubiloso amanecer a una vida que trae consigo el regodeo de animales de todas formas y tamaños. Emplumados gozosos en canto trinan el suave abrir de sus ojos, sonido gustoso que despierta a los peludos y a los de sangre fría de un largo sueño, amaneciendo todos por igual a un aroma a nuevo y fresco. Verde, rocío y tierra danzan en el aire, colándose en el aroma que todos respiramos con su llegada. Sus pequeñas manos juegan con toda la vida que de nuevo vibra con emoción al ver a las plantas florecer y extender sus tallos al sol. Inocencia prevalece en el tono verde de cada sepa, cada tallo, hoja y pétalo que recién empiezan a crecer con el mismo sonroje de las mejillas del infante. El nacimiento tan jovial que es una ocasión para todos los seres, festejamos este momento con gozo pues la vida encontró su camino a pesar de los males que le hemos hecho a la vida misma.

Calor y progreso lentamente se apoderan de la mente de aquel que con tiempo dejo de ser un recién nacido y ha pasado a ser un adolescente vivo y cambiante. Toda la vida que trajo consigo al nacer ha madurado y crecido con el pasando a nuevas facetas de la vida que hacen todo un tinte mas cálido. Los pétalos teñidos de inocencia pasan a cubrirse de lo que algún día será corteza. Sus hermanos peludos comienzan a notar a la demás vida bella que hay a su alrededor, con ello a aquellos míticos seres femeninos que caminan con ellos en este mundo. Pasión que desata calor que se cierne sobre las mejillas, acariciándonos como regazo haciéndonos sonreír y querer salir con él a disfrutar su abrazo.
Maduro ya es con el caer de las primeras hojas de aquellos árboles y plantas que hubiesen nacido y crecido a su lado, hermanos para él que ahora yacen inertes; por más que llama no responden. Mirando a su alrededor comprende el significado de la muerte y de que uno debe ser precavido de sus alrededores salvaguardando alimento y refugio para los difíciles tiempos que se avecinan. Sus hermanos peludos le muestran como y esconden con él fruto de la vida que ha de ser de lo último que comerá.
Cubierto de blanco lo que alguna vez fue verde se acerca la hora, mas ahora ya sabio y experimentado no teme lo que ve venir. Sus hermanos lo rodean y aun cuando su aliento se vuelve lentamente frio él sabe que la vida que tuvo fue hermosa y completa. Un ciclo que ha transcurrido lenta y gloriosamente. Come los alimentos que reunió con sus hermanos y goza de esta última cena con todo de sí, sabiendo que el mañana no permitirá que de nuevo se repita la ocasión. Pronto se da cuenta de una vida entre sus brazos, aun pequeña y sin nada de experiencia. Recuerda de su infancia el calor con el que fue recibido y nacido, sonríe con una sola lagrima rodándole la mejilla, besa la frente de esa pequeña vida la cual tiende para que todos vean, mientras doce campanadas roban la fuerza de sus brazos cansados y viejos. Todo mundo mira al recién nacido con gozo mientras el anciano descansa su cuerpo los últimos copos de su viejo blanco que pronto se ve cubierto del nuevo verde.
Mira al año y su vida, corta como 365 días, pero tan gloriosa y cambiante como cualquier otra. Respétala y date cuenta que día con día el siente su final terminar y enciente mas la llama de su esperanza por nosotros. Vive la vida como si solo fueran esos pocos 365 días y gózalos al máximo.
De parte del staff de MIW y de un servidor
Feliz y prospero año nuevo.

1 comentarios:

anama dijo...

Un relato genial, profundo y enternecedor a la vez, dotado de gran belleza y con un sabor a esperanza; nos hace apreciar la vida. ^_^

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