El dolor de vivir

Buen día, buenas noches, buen bla bla bla. Pues henos aquí después de las fiestas decembrinas que dejaron su marce en nuestro espíritu y cintura, todo para nuevamente ser encerrados en lo que conocemos como educación. Lamentablemente por ese mismo hecho, la historia en la que estaba trabajando no ha salido como he querido. Agobiado por el nuevo termino decidí no forzarme a escribir algo que se que odiaran, mas de lo que ya me odian, así que solo opte por un breve escrito sobre simbolismos. Quizás unos lo noten rápido y otros no tanto, pero espero alcanzar un recobeco de nuestras almas donde puedan entender la diferencia entre lo que digo y lo que describo. En fin... guten tag.


Por cierto gracias al internet, (todos ustedes, y mas a los votantes americanos), por unirse y mandar al coñazo a SOPA. Para quienes se pregunten, ¿Que coño es SOPA?, y no no hablo del consome, leanse las noticias de internet. Si bien hubo la trágica muerte de nuestro querido MegaUpload, la guerra se gano.

PIPA support collapses, with 13 new Senators opposed

El dolor de vivir.
Cálido regazo, recipiente de la derrota pútrida de una vida mísera. Decidido estuve de dar por terminadas las ilusiones de una vida, más aterrado me aferre a la vida de uñas y dientes en el último momento. Defraude al sacrilegioso acto con miedo, llanto y urea muriendo entonces indeciso y aterrorizado de lo que seguía. Repase las imágenes una y otra vez en mi mente, tras el túnel largo de luz habría lo que siempre soñé, todo el tiempo que pase encerrado en este microcosmos cobraría sentido y me encontraría con mi creador. Trace planes, divise estrategias y me di a la plena idea de que esto sucedería. Sabía que a nadie allá le importaría si abandonaba el oscuro lugar que me vio crecer. Pero aun así me defraude y caí en el llanto pues el dolor del acto fue horrible.
Que fue lo que tanto odie de mi vida que no me podía quedar allí, las inconcebibles horas de soledad aunadas al pútrido aroma a carne y deshechos que se juntaba a mi alrededor. La posibilidad de que por otros medios tomasen mi vida sin que yo me diera cuenta, perder la prosa del delicado trazo del acto que por mi conveniencia había de ejecutar. Fuesen esos los hechos que me impulsaron a extender mis brazos a donde el vacio se convertía en luz y en extenuante dolor encontraba un nuevo sendero. Aquello entonces era lo que decidía por mí, ¿el miedo? ¿Qué clase de ser me consideraba? Pestilente y pútrido ser que no podría hacer nada más que darse a la idea de que aquello inevitable debía suceder un día u otro, por lo que esperar no sería tan malo. Niego, en recelo de que fue por propia decisión de que encontré el camino al otro mundo, que por gusto propio abandone el pasado y abrace al presente. Nada de terceros, destino ni dioses trazarían mi camino, solo mis manos, fuerza y espíritu serían quienes mandarían mi consciencia.
Sin embargo fue horrible, horrible mientras mi cuerpo era exprimido de su alma al internarme al camino oscuro con la luz al final. Jamás pensé que esa luz al final del túnel fuese tan real, y tan brillante. Mis ojos se cegaban entre mas se acercaban, me era imposible abrirlos, esto me trajo esperanzas de que quizás iba a un mejor lugar. A un lugar donde todo lo que deseaba se me cumpliría, y el vacio tétrico que atormentaba mi espíritu se llenaría de felicidad y gozo. Pero tan pronto el ente de blanco haló de mí, sentí el terror de mi decisión y los horrores consecuentes de mi tan planeado escape de esta vida. Estaba consciente de que no sería fácil abandonar tal lugar, pero sentirme azotado por la realidad blanca que me robaba de mi cuerpo… carezco de palabras para explicar el dolor que sentí. Ahogue el dolor en gritos y lágrimas que brotaron poco después del castigo corpóreo de mi persona. Era momento de afrontar al creador.
Helo ahí, mi vista por sobre el creador, quien abrazo mi figura y me miro con decidido cariño. No me explicaba cómo alguien como él me habría encerrado en ese mundo por gusto, y luego al yo forzar mi escape dejar que me torturaran por mi osadía. “¿Cómo pudiste?”, cruzo mi mente mas no mis labios incapaces de hablar, pero del creador pase a otro ente. Suave cálido y tan dolido como yo, sus lágrimas y sollozos parecían empatizar con los míos, mientras con los mismos ojos me acariciaba. ¿Sería este ente el creador, o el pasado? La duda me azotó pero pronto nada me importo, pues en sus brazos mi cuerpo se volvió paz y mi espíritu al fin descanso. Cerré los ojos y respire profundo, escuchando por primera vez.
“Bienvenido al mundo mi niño.”
Escape del mundo del útero, encerrado en oscuridad y desasosiego. Por gusto y voluntad, no porque me forzasen. Me recibió el doctor de blanco y me azoto, me paso al padre, y finalmente a mi madre. Hasta entonces comprendí, no decidí por mi muerte, este era solo el dolor de vivir.

1 comentarios:

anama dijo...

:O me quede sin palabras, un relato magnifico.
El hecho de pensar que se va a la muerte para luego darse cuenta que es el principio de la vida es genial.
Espero leer mucho más. ^_^

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