¡No Puedes! 3


Tercer Imperativo: Continúa


“-Te encontré.-”

Unas horribles sensaciones, asco, repugnancia y también miedo, la recorrían y acompañaron en su regreso a casa luego de su primer día de trabajo. Las sensaciones no eran por el trabajo que le había tocado sino por aquel extraño que la había estado mirando cuando caminaba hacia su hogar, lo cual la paralizó un rato hasta que pudo recobrar su movilidad y se fue lo más rápido que pudo sin mirar atrás. Se le hacía raro lo asustada que estaba de la situación y de…. él, era casi el mismo miedo que sentía cuando despertaba de aquella pesadilla, un miedo totalmente irreal y en este momento esos miedos no deberían estar conectados pero ella no dejaba de pensar que era así, era incomodo. Trataba de seguir avanzando y no preocuparse por el sujeto, sólo si aparecía de nuevo comenzaría a hacerlo pero ahora era un una vida insignificante para ella o al menos eso quería creer.
Rodaba por su mullida cama, estaba cansada pero no podía cerrar los ojos porque seguía intranquila y eso no era de su gusto, no encontraba la forma de no pensar en la situación de antes para estar en paz. Al menos su padre le había hecho dos  preguntas y la dejó ir a su cuarto para hacer lo que no estaba pudiendo hacer y eso que sólo necesitaba descansar el tiempo que se demoraba su madre en preparar la cena, pero el silencio de su cuarto no ayudaba a nada en este momento. Trataba de pensar en otras cosas, en cosas adorables pero no lo lograba del todo porque de inmediato  volvía el recuerdo de su parálisis y la sonrisa de aquel tipo.

Los suaves golpes en la puerta por parte de su madre la despertaron, al menos entre tanta incomodidad había podido dormir algo, respondió con un voy mientras se levantaba de la cama e iba a su baño para lavarse la cara y peinarse sus rojos cabellos antes de bajar al comedor. Como siempre sus padres se mantuvieron callados en la cena a pesar de que su hermana menor estaba tratando de llamar su atención pero lo que si llamo su atención fue cuando su hermano mayor se aclaró la voz para hablar, todos lo quedaron mirando. Por algún extraño motivo a ella sintió que no quería escuchar lo que diría.

-Me voy a estudiar al extranjero.- Anunció con su tono suave de voz.

Kimerlain y él hace algún tiempo habían hablado de ello, aquel era el sueño de su hermano poder ir a estudiar fuera de Alemania y hacerse más culto. Ella lo comprendía, porque también pensaba en viajar y encontrar cosas adorables, pero también sabía lo que significaba para la familia abandonar la casa, porque para los Thantgate aquello era una tradición, en el momento que tomabas una maleta era para no regresar jamás a la casa de los padres, eso significaba la independencia para esta familia y aquella era una tradición desde el primer Thantgate o eso les había contado su padre desde que eran pequeños para que supiesen lo que significaba pensar en ser independientes.

-Sabes lo que significa eso.- La voz de su padre la hizo sentir incomoda pero a su hermano no, en este momento nadie comía pues era un asunto realmente importante de tratar. -Si ya lo tienes decidido, toma tus cosas y sal por la puerta.-

-No es tema para nada adorable de tratar.- Murmuró para si mientras se sentía realmente molesta porque ya no podría ver a su hermano y mucho menos hablarle como siempre, él era alguien con quien realmente se sentía cómoda y no trataba como si fuese inferior a ella. Por primera vez en toda su vida pensó en decirle a su padre que la tradición era una tontería pero así no era ella pues sabía que en algún momento ella abandonaría la casa y no sabría más de sus padres…

Se mantuvo en la mesa esperando a que alguien dijese algo más pero parecía que un silencio rodeaba a la familia. Para ella era triste, muy triste pero no era de su agrado demostrar su tristeza frente a los demás así que comenzó a comer de nuevo sin mirar a nadie y a nada, fue en ese momento en que la silla de su padre se movió y tuvo que mirarlo. Se levantó y se dirigió hasta su hermano.

-Si lo estoy, padre. Además ya tengo todo listo, me iré en unos días.-

En ese momento vio una escena completamente adorable y emotiva, su padre abrazó a su hermano. Su madre estaba ahora cerca de ellos, en algún momento se había levantado de la mesa y ahora esperaba, al parecer, su turno para abrazarlo. Ella sintió ganas de ir a hacerlo también pero no lo haría delante de sus padres, así no era ella, además de que su trato con su hermano era entre los dos, sentía que era una hermandad muy especial y quería que sólo fuese para ellos pero ahora… que él se iba… no sabía como se mantendría.

Al terminar la cena se fue directo a su cuarto, cerrando la puerta con llave, sin esperar más palabras de su padre o su hermano, por un momento no le gustó ser una Thantgate pero se fue rápido porque a ella la habían criado sintiéndose orgullosa de lo que era. En vez de ser un buen día, había terminado siendo totalmente malo a pesar de que fue su primer día de trabajo y estaba alegre por ello, ahora ya no podía se iba una de las dos personas en las que más confiaba, no podía conformarse sólo con tener a Antje… su hermano… era aun más cercano que su amiga. Realmente le dolía su partida.

De nuevo unos golpes en la puerta la despertaron pero esta vez era muy entrada la noche para ser su madre por lo que ella sabía quien era, su hermano estaba allí. Se preguntó por un momento si quería verlo y escucharlo pero su cuerpo se movió solo y abrió la puerta, ahí estaba el pelirrojo de su hermano con su mirada seria esperándola. Le hizo pasar y encendió la lámpara de su velador para que se pudiesen mirar mientras conversaban, hacía bastante que no hablaban, por eso la había tomado por sorpresa la noticia de él.

-…- Iba a decirle lo poco adorable que había sido de su parte que no le hubiese contado que se iba y que ya había hecho todos los arreglos pero él le puso su dedo índice en los labios y le sonrió un poco, lo cual ella pensaba que hacía sólo con ella porque el resto del tiempo siempre era muy serio.

-Kimer… Si te lo contaba antes sabía que te pondrías así.- Le acaricio suavemente las mejillas.

Impulsivamente lo abrazó y sintió como él le correspondía y no era como el abrazo que vio que se daba con su padre este tenía más cariño de por medio. Quería pedirle que no se fuera, pero eso sería muy egoísta de su parte y con él jamás lo había querido ser porque ambos confiaban y ambos querían lo mejor para el otro. Sabía bien que este sería su ultimo abrazo de hermanos, esta era su despedida y no quería desaprovecharla, no quería decirle cosas que le doliesen a su hermano, ni menos que se fuese pensando en que ella no podría soportar que ya no estuviese cerca. Pensamientos realmente egoístas de su parte, pensando que su hermano la tenía sólo a ella y de seguro no era así.

-Por fin cumplirás tu sueño…- Dijo no muy convencida pero tomando todo las fuerzas y su orgullo para ello. -Si lo haces mal sabes que no puedes volver acá. Sal adelante.- Dijo esas palabras aunque en verdad no era lo que quería decirle. -Te extrañaré, lo bueno de la tradición es que fuera de la casa podremos vernos.-

Termino por soltar el abrazo y mirarlo frente a frente ella parecía más seria que él y él parecía estar a punto de quebrarse ambos eran unos tontos por estar así en aquella su despedida personal, en su ultimo momento de hablarse con sinceridad dejando de lado un poco la fachada del orgullo Thantgate que sus padres les habían inculcado. Fue en ese momento que se rieron el uno del otro como cuando eran más niños, así ambos botaban sus nervios y se reían en verdad de las caras que estaban haciendo.

Cuando las risas cesaron su hermano la despeinó y le acaricio sus rojos cabellos, en ese momento Kimerlain sintió que no debía dejarlo marchar sin entender muy bien el porque sentía eso ¿un presentimiento? No sentía que era algo más pero en ese momento no quería pensar en nada, por lo que simplemente le sonrió a su hermano y él hizo lo mismo otra vez.

-Esto no es un adiós, tu lo sabes.- Volvió a acariciarle las mejillas a su hermana de manera suave. -Nos volveremos a encontrar, nos mantendremos en contacto…- Sus palabras parecían un poco desesperadas y quería decir algo más, quizás algo que ella no quería escuchar, o al menos no debía escuchar aún.

1 comentarios:

anama dijo...

u.u que lindo momento con el hermano, me gusta mucha esta historia, también es atrapante y divertida, muy completa. Te felicitó.
Cariños ^_^

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