Inercia (III)



Capitulo 3
Espacio-Tiempo


Segunda Planta del Hospital:

“No entiendo nada, esto es realmente horrible pero aun así corrí para alejarme de todos, pues no sé de que va esto... ¿es un juego? Yo debería de estar muerta, el tipo que me mató estaba frente a mí… o eso sentí pero no lo maté. No estoy preparada para ello, es demasiado pronto, no tengo armas y menos tengo el pulso, precisión o lo que sea para hacerlo, en este momento me siento tan pequeña, tan impotente…”

Respiraba lo mejor que podía mientras mi mente se inundaba de eso y de la imagen del que estuvo frente a mi… del que de seguro era mi asesino, él era de color rojo, lo cual me sorprendió bastante porque no era algo normal… yo a todos les veía blancos y de líneas negras, y él no, por eso él ha de ser quien me mató, mi único objetivo.


Me pregunté demasiado que debería hacer, seguir este estúpido juego o tratar de matarlo pero, el color blanco me está hartando, todo es blanco y negro, las personas, las paredes, el suelo y este estúpido juego pero él… es rojo mis ojos lo vieron distinto dentro de todo lo blanco y negro… “¿Por qué?” A esto no le tengo respuesta, aunque quizás sea porque es el culpable de que mi mundo se haya convertido en esto, pero aun así no explica porque puedo verlo de otro color… y he perdido la capacidad de ver otros colores.

Busco un lugar donde refugiarme, no quiero jugar este juego, eso es lo único que tengo claro por ello no me moveré de aquí. Luego de caminar por el pasillo que está lleno de puertas que indican donde están los pacientes, busco a los que estaban en coma. Cuatro, cinco, seis puertas y nada, todos bien y nada mal, demasiados pacientes que pronto saldrían del hospital pero la séptima puerta era la mía, donde me escondería, era el paciente que no diría nada porque no me va a ver aquí. Eso era un alivio aunque era triste a la vez porque antes de todo esto hasta hace algunos días atrás yo era una paramédico que buscaba ayudar para que la gente no terminara en este estado. “¿Qué me pasó?”

Estar en esta habitación no me tranquilizaba pero era lo que me quedaba por la decisión que ya había tomado, no había marcha atrás, no me interesa este juego, y mataré al hombre de color rojo porque ha de ser mi objetivo, mi asesino, sino no tendría sentido que él fuese de ese color. Ahora debería ir a por alguna arma, pero yo sólo tengo a la mano las habitaciones de los pacientes… no lograré ir a las bodegas donde están guardados los utensilios y los medicamentos. Lograré llegar aunque me tenga que enfrentar a los otros.


Morgue del Hospital:

Había actuado fanfarrón pero eso sólo fue un reflejo por la sorpresa de encontrarla viva, la había matado de manera cruel porque era lo necesario, no había nada más que pudiese hacer era su vida o la de ella y en ese momento había elegido la de él como ahora lo hacía porque sabía que en la morgue encontraría algunas armas que le servirían para atacar a los otros además el olor a la muerte lo tranquilizaba porque ahí no habían contadores, todos estaban muertos, ellos habían llegado a cero por causas que no fueron sus manos, eso era algo bueno.

“¿Por qué?” Se preguntaba una y otra vez en su mente sin entender  la razón para que ella estuviese inmersa en este juego, el juez si lo sabía y no se lo había dicho cuando se encontraron… no estaba muy seguro porque se aseveraba eso pero si que debía tomar acciones por lo que ahora tomaba algunos bisturíes y se disponía a dejar su base porque presentía que de seguro él no se había movido de su posición, el tiempo corría, se le agotaba y esperaba que el contador de este tipo al menos le diese un par de horas más.

Subió las escaleras para encontrarse con él ahí se verían las caras porque matándolo también conseguiría más terreno y ganaría este juego y algunas horas más. Debía conseguir esa información cueste lo que cueste.

-Ahora habla.-  Estaba sorprendido por ver que el contador del juez estaba detenido a sólo un segundo del cero absoluto que marcaría su muerte pero no se movía para nada, una sorpresa inesperada e interesante pero no era lo que le importaba ahora por lo que con un bisturí en mano esperaba sus palabras.
 

[00:01]

"Juez" miraba fijamente a "Tasador", nombres, apodos puestos para seres humanos sin identidad, seres que tampoco podían, concretamente, llamarse humanos. Aquel sujeto de traje y buen aspecto, serio, pero en el fondo pacífico y nada arrogante, decidió responderle a su interlocutor. Pasos dados por el Tasador hacia arriba, saliendo del subterráneo y por el pasillo, hasta encontrarse con aquel que no se había movido de su lugar desde que dió las instrucciones del juego. Una exigencia aplicada, una demanda puesta en juego.

- No he omitido información porque quisiera engañarte. No se trata de eso, sino...

"Fantasma" terminaba de recorrer las bodegas, habiéndose determinado ella misma, por sí misma. Ahora no era nadie, ni era nada, pero estaba decisa. Ya llegando ante las bodegas cerradas por lógica, y peor aún cerradas por culpa del stasis temporal en que se encontraba el edificio, recordó algo, notó algo, tuvo una idea fija. Ahí estaban sus ojos, mirando el contorno negro de las cerraduras, líneas que parecían dibujar insolentemente los márgenes del mundo, con interiores blancos. Algo sucedía, sus manos se movían, temblaban, y tenía la idea clara. Enfoque en su mirada, vacía, tan vacía como todo a su alrededor. Una clave, obtenida. Una respuesta, hallada.

- ¿Qué quieres decir con eso? Ya dime, dime de una vez qué significa todo esto, este juego, esa mujer, e incluso yo, y la otra mujer, qué...

Pausó entonces el Tasador por instantes, dándose cuenta brutalmente de la realidad, producto de sus propias palabras, cegado por su impulsividad, chocando contra una imaginaria pared de revelaciones, de realidad. Al ver esto, el Juez sonrió levemente, interrumpiendo, o más bien, dando paso a la respuesta definitiva.

- Al parecer ya te diste cuenta, ¿No? Todos, todos en absoluto estamos...

Afuera, la mujer de extraña apariencia, pelo largo, lentes oscuros, ojos de colores distintos y ropajes escandalosamente directos, miraba justo en frente del límite temporal, invisible, pero perceptible, a unos pocos metros de la puerta, abarcando la nada misma de los jardines exteriores y cubriendo la mayor parte sólida del hospital, incluyendo la salida de la misma puerta, al extenderse un poco sobre el cubo perfecto que era el edificio completo.

- Ahh... Puedo ver que siguen ahí, después de todo, ansiosos de tenerme. No es como si no me hubiera pasado antes...

Aquella chica de aspecto joven miraba hacia afuera de la "caja temporal", en donde todo lo que estaba fuera del rango del "Juego" se encontraba borroso, con rayas negras, como garabatos infinitos, envolviendo y distorsionando como una mala señal de televisión al mundo entero excepto por el interior de dicho cubo temporal. Afuera el mundo estaba paralizado tanto física como funcionalmente, y al menos unos 8 sujetos se encontraban listos para apuntar desde lejos, saliendo de varios coches de persecución, aparentemente policiales, o algo peor. Ahí, estáticos en la nada, eran vistos por la sonriente terrorista de pelo largo, falda corta, y poderes misteriosos.

- Ok... -Tomaría un encendedor metálico, y un cigarro, el cual prendería, fumando un poco, viendo como el humo se detenía en el aire apenas se separaba de ella, momento en que miraría hacia arriba, pensando en algo- Let's do this...

Tras escuchar la respuesta, el Tasador quedaría completamente mudo, pasmado por la realización que el Juez había decidido regalarle. Al final, ese sujeto, el "Game Master" de la primera ronda sabía que ni su interlocutor capaz de mirar los tiempos de muerte era estrictamente culpable, o malo. Arriba, podría escucharse, a ella, descendiendo. Agotada, y molesta. Fantasma por fin hacía su aparición, decidida, llevando cosas consigo al parecer. Tasador miró hacia atrás, molesto, momento en que pensaba en qué hacer. No pudiendo lograrlo del todo, excepto por el hecho de mirar hacia atrás, la escucharía, a ella.

- Se acabó, "Tasador". Me toca a mí ahora. -Pronunció con desprecio, aunque a su vez, un cierto gesto de confianza, y alivio subyacente- Prepárate...

Al momento de decir eso, la chica tomó un gran frasco, uno que parecía contener algo, algo que el Tasador entendería demasiado tarde. Al abrirse el objeto, soltando su tapa, este soltaría una gran cantidad de líquido, líquido el cual se expandería por lo menos alrededor de todo el centro de la recepción donde estaban, quedando expuesto en el aire, transparente, y con un color que se podía entender como asfixiante.

- No te recomendaría tomar esta cosa en estado líquido... Aunque no sé si es peor en estado gaseoso. ¿Porqué no pruebas?

Pronunció ella tocándos ela barbilla, ladeando su cabeza, su pelo corto y negro ladeándose ligeramente. Tasador se desesperó entonces, tomando un bisturí en una mano, el que ya tenía sujeto, atacando al Juez. Si pretendía hacer algo contra esa tipa, al menos obtendría tiempo extra. Aquel ser, el Juez, evadió el impacto hacia atrás, como si pre-existiera, como si nunca hubiera estado ahí, pero pareció serle costoso, como si entendiera algo más.

Así, el Tasador al verle evadir, sonrió. Por otro lado, su mano izquierda sacó un objeto mucho peor: Una sierra, de esas que se usan en las morgues para cortar cadáveres y demases. Aquella fue utilizada desde la izquierda para cortar al Juez, quién aparentemente podía ver perfectamente la línea de tiempo del objeto, pero no esquivarlo. Antes de que aquel que parecía invencible estuviese por ser dañado, algo pasaría.

Por arriba, hilos, hilos que estarían atados a la mano del Tasador, tirándolo. Arriba, por el segundo piso, desde un trozo de techo que estaba cayendo, parado en el tiempo apenas hubiese sido roto de algún modo, la terrorista, que no tenía un apodo aún, sonriendo, sujetando dicho hilo, mirándolo.

- ¿No te diste cuenta, cierto? Antes de que tú te fueras a la morgue y yo afuera, te puse ese hilo. Ningún objeto hace ruído ni causa fricción, al menos no perceptible para nosotros en este escenario. Somos los únicos que pueden verlo, con nuestras habilidades personales!

Tasador estaba cabreado. Aquel hilo, muy largo, fue dejado en el piso, atado a su mano, y luego recuperado por la chica que había, arriba, usado una explosión en el segundo piso haciendo estallar su encendedor para romper parte del suelo y bajar. Sabiendo esto, además, afuera habría dejado objetos "flotando" para ir saltando sobre ellos como plataformas, llegar al segundo piso, y luego pactar con la Fantasma rápidamente sobre esto. Acerca de ella misma...

Había aprendido a usar su "poder" como más que una desventaja molesta. Aquello era literalmente la habilidad para poder mirar los vacíos de todo, las debilidades y problemas, considerando los colores rojos especialmente al ser médica, como el color de la sangre. Así mismo, pudo, de algún modo, forzar las cerraduras, y tomar los objetos. También encontrar los vacíos en el movimiento y actitudes del Tasador sumado a sus anotaciones de las libretas.

Juez observaba, viendo como la sierra era detenida. Tasador parecía contento, aunque molesto, al ver a todos sus enemigos tan activos, tan capaces. Miró arriba a la tipa, que no parecía tener reparo en estar acuclillada con una falda de mezclilla, pudiéndosele ver los ropajes interiores. Miró el hilo, y entonces sin demora lo cortó con el bisturí, viendo números en el hilo, en los pies de la chica, y en los trozos de piso sobrenaturalmente quietos en la nada, en el tiempo, que la sujetaban. Al cortarlo, logró además tomar el hilo y tirarla, usando su poder como "Probabilidad" aparte de "Contador Letal", de modo que la forzó a ser impulsada hacia adelante, logrando ella sujetarse con una mano del borde del agujero armado en el piso superior, y no caer a piso, ni a la nube de cloroformo flotante y expansiva.

A lo lejos, Fantasma parecía lista, y el Juez por otro lado también pensaba en algo. Todos ahora estaban contra todos, ya que aquel escenario no incluía sólo manejar terreno físico como hicieron ambas chicas directamente, sino que además, manejar al enemigo. Forzar la salida como regla era sólo una excusa para forzar la persecución, ya que después de todo, esto era un juego para que, el que ganara, se viese liberado de su personal condición, y problema.

Todo esto lo sabía el Juez, ahora. Todo eso, y el hecho de que, además...

También era un jugador, como los otros.


0 comentarios:

Publicar un comentario