Mi Angel 7

Extraños Sueños

    La semana de suspensión de Alex pasaba muy lenta, ya que sus padres lo tenían sin teléfono, sin televisor  y sin computador y por supuesto sin salidas a ningún lado, esa semana el solo la pasó en los libros, pero algunos de sus estudios se vean interrumpidos por el cansancio y sueños que él no podía comprender. Se dice que a través de los sueños comprendemos mucha cosas, es la forma de resolver nuestros problemas, pero esta vez pareciera que le traían recuerdos, casi imposibles de recordar por un chico de 17 años, recuerdos  inconcientes de su niñez.

-          Hermanito, despierta flojito, hermanito… ¿no quieres comer? ¿no tienes hambre?- con tono picardía le susurraba Anastasia.

-          Anastasia deja tranquilo a Alex, despertará cuando quiera- con una sonrisa en el rostro

-          No es justo, que el pueda dormir todo lo que quiera y yo no, ya no es un bebé- menciona Anastasia con una cara de niña caprichosa.

-          El tiene un año, debe dormir y descansar, y tu tienes quince, debes estudiar…y no andar pensando en chicos mayores, como Manuel- la madre le recalca con picardía.

-          Él es un buen amigo y me ayuda mucho…- le replica a su madre mientras se sonroja.


Un extraño ruido interrumpió la conversación de madre he hija sobre quien debía o no dormir mas… pero ese ruido no era precisamente de la situación que se había formado si no de la realidad, un ruido que había sacado del trance.

-          ¡mmmm! Me quede dormido, ¡Que sueño más extraño!, nadie puede tener recuerdos de esa edad, y menos si se está dormido… por lo que se veía… no entiendo nada.- un poco confundido   y mirando al techo de su cuarto.

-          Alex, te busca Tomas – le grita su hermana desde comedor – va para tu pieza…

-          Hola, ¿Cómo está el castigado?- Alegremente le saluda

-          Aburrido, no tengo nada que hacer – menciona el chico- lo único que hago es estudiar… y eso de repente cansa, llega incluso a ser molesto

-          Pero amigo mío, no tienes porqué estar aquí solo, por qué no me llamas por tel… ¡Ah! verdad no puedes usar el teléfono, ni tú celular – evitando la tentadora risa

-          No te burles- un tanto enojado.

-          No te enojes, es una broma- casi riéndose- Y Samanta  ¿Te ha venido a ver?

-          Si, ayer estuvo aquí, se fue muy tarde, estuvimos hablando un buen rato, pero parecía distraída, como si algo la preocupara.

-          Tranquilo debe ser una tontería- dándole un golpe en la espalda.

   Mientras, en otro lugar un poco más lejano de lo común, y que no tiene nada que ver con Alex, un ángel miraba a un hombre con su familia.

-          Camilo, ya ¡estás viejo! hace muchos años que no necesitas un ángel guardián, pero, sigues igual a como eras… pero ahora tienes hijos y nietos que te adoran, aprendiste bien, y eso me alegra… todavía me duele, te extraño, te tengo tan cerca y no puedo decirte que aun te amo – Dice Ariel muy triste. (Aparece Daniel detrás de Ariel)

-          Pero puedes saludarlo igual, pero quizás no como la Ariel que él conoció, pero  si como… tal vez la hija de esa Ariel, pues el aun te recuerda, te reconocerá- muy tranquilo – o cuando menos eso creerá.

-          No se Daniel - llevándose una mano al pecho -  no lo resistiría, todavía me duele verlo- un poco  vacilante.

-          Entonces que le queda a ella, si tu no lo sabes enfrentar- remarca Daniel

-          Ese asunto es diferente y lo sabes bien, ella… es diferente- le recuerda.

-          Tal vez sea diferente, pero debes intentarlo. Vamos nada te cuesta caminar hacia  él, ve ( la empuja, el la mira como camina hacia él)

-          Disculpe, ¿usted es Camilo Sanfurgo?- pregunta tímidamente Ariel.

-          ¿Ariel?- dice el hombre un poco impresionado

-          Si, y No, Ariel era mi madre- muy tranquilidad le responde.

El baja la cabeza y un suspiro se dejo sentir, he incorporándose una vez más a la conversación le responde a la mujer que una vez amo,

-          si, yo soy… ¿su hija? ¿Y como ha estado tu madre?- pregunta él más tranquilo de la impresión y sonriéndose

-          Murió hace algunos días- cayendo en un silencio y notando con claridad la tristeza del hombre y jurando ver en sus ojos lágrimas

-          Cuanto lo siento- con tristeza.

-          Me pidió que le entregara esto- le pasa una carta.

-          Parecía que estabas preparada condenada amiga mía - sonriéndose

   En el departamento Miguel estaba con Natalia y Samanta, se encontraba en su cuarto pensando en las imágenes que ayer había tenido en la casa de Alex. Aquellas ideas no se las podía sacar de la cabeza, eran tan reales, que la hacían pensar, de lo que realmente sentía por Alex. El hecho de ver a una chica muy parecida a ella en las imágenes, que al parecer eran de su infancia, le hacían pensar cosas tan extrañas como imposibles, no entendía por que esos retratos habían venido a su cabeza. De pronto entre pensar y pensar, extrañamente comenzó a dormirse, y en sus sueños nuevos cuadros empezaban aparecer, pero esta vez ella podía oír.

-          No lo sé Manuel, he sido hija única por años, no quiero un hermano- dice Anastasia.

-          Vamos, no seas caprichosa, es sólo un bebé, Y tú serás la hermana mayor- deberás preocuparte por él- Dice Manuel alegremente.

-          Claro, como tú eres el menor, te miman todo- Dice Anastasia un poco enojada.

-          Ani, mírame, tus padres te seguirán amando, bien sabes que si no hubiese sido porque tu naciste, ellos jamás se hubiesen casado, acuérdate que tu abuelos no se soportan, pero tu proporcionas la paz entre ambas familias- dice Manuel compresivamente.                  

   Después de aquel sueño Miguel la despierta, para que fuera a dejar a  Natalia  a su casa, por que no estaba Daniel, ni Ariel para que la fuese a dejar en el auto, Samanta aun un poco agotada por el sueño accedió a  la petición de Miguel, pero ese sueño o lo que haya sido, la tenía más confundida que atenta en sus acciones, prácticamente quien los guió fue Natalia, Samanta con todo ello en cuerpo porque su mente estaba en la nubes, poco antes de llegar a la villa donde vivían Natalia y Alex, una nueva imagen vino a la cabeza de Samanta. La caminata había sido amplia y laa oscuridad había empezado a tomarse la ciudad, cada calle había sido para samanta memorias que no entendía por que existían, de un repente ella solo se detiene, y como un destello del pasado, o un mal recuerdo se formó enfrente de Samanta, las memorias de esa fatídica noche donde Anastasia perdió la vida, intentado salvar a su pequeño hermano de la muerte.

-          Sam, oye podemos cruzar- dice Natalia jalándole la ropa.

-          ¿Cómo? – pregunta distraída-  lo siento chicos, hoy no estoy atenta., otra vez lo siento – apenada por su actitud.

Pero antes de que Natalia dijera algo de la actitud de Samanta e timbrecito de voz de un niño interrumpió, porque veía que la situación no avanzaba y no cruzarían la calle si el no se los recordaba.

-          Nos quedamos aquí parados- Irónicamente menciona Miguel 

-          Hay no crucen rápido antes que cambie- Dice Samanta aun muy distraída.

 Ellos cruzaron la calle y entraron sin problemas a la villa, hasta llegar a la casa, donde la madre de Alex los hace pasar, para que comieran algo antes de irse, pero lo que restaba de tarde se fue muy rápido, y la noche puso su manto sobre la ciudad. Para evitar cualquier problema llamaron a los padres de Miguel y Sam, y mientras llegaban, ella seguía distraída, Alex notaba  en sus ojos esa confusión, pero si ella no se lo contaba no la obligaría a decírselo. No había pasado más de dos horas cuando Ariel y Daniel llegaron a la casa de Alex, pero todos notaron un brillo diferente en los ojos de Ariel, tal parecía que había tenido un buen día, los cuatro salen de la casa muy alegres, pero Daniel no dejo de notar que dentro de la mente de Samanta había un caos que ellos debían detener antes de que su secreto a la luz y esa misión se viera en peligro.             

1 comentarios:

anama dijo...

:O parece que hay algo oculto ahí.
Espero que este historia continué u.u
Saludos ^_^

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