¡No Puedes! 10


Decimo Imperativo: Planifica


“-Desde siempre.-”

Palabras que resonaban en ella por más tiempo del que hubiese esperado y con una fuerza que no la hacía dudar de lo correctas que eran a pesar de que no se las había esperado de manera tan sinceras proviniendo de aquel demonio que siempre era tan burlón con lo que decía. Lamentablemente ahora no era tiempo para quedarse embelesada con un amor prometedor sino que estar atenta a la amenaza que estaba allí afuera y tan cerca que podría decir que estaba cruzando la calle.

Para su mala suerte aquella idea que había tenido antes de dormirse era real, él estaba parado en la acera de en frente a la tienda de antigüedades, pues ya sabía que ella estaba allí, la sentía, la olía, todos sus sentidos la habían rastreado y llevado hasta allí, el lugar donde su presencia era mucho más fuerte por no haber salido durante días y porque allí ella se había alimentado constantemente. Se acomodaba sus cerdas rubias pasando su mano por la cabeza mientras miraba sin parpadear la ventana del cuarto donde se encontraba ella.


-¿Cuándo saldrás de aquel lugar al que aun no puedo ir?- Se reía destilando malicia al decir aquellas palabras que podrían ser las de un amante no correspondido pero no era así, sino que su rostro mostraba una desfiguración tal que la gente que pasaba se asustaba y evitaba mirarle. -Kimerlain, esa barrera no puede alejarte de mí porque eres mía.-

Como no podía entrar, aun, simplemente comenzó a caminar para alejarse de allí hasta que ya no hubiesen impedimentos para llegar a ella. No apartó sus ojos de aquella ventana hasta que su cuello no pudo girarse más y con una sonrisa de oreja a oreja repasó con un dedo las letras de su camiseta, que decían: “Wenig Zeit Übrig.” Se reía con aun más malicia pues sabía que sus presas pensaban que estaban seguros y que él estaba muy lejos de encontrar el lugar donde se escondían, donde ella dormía teniendo un sueño intranquilo, uno que ella conocía bien y que la despertaría a la misma hora de siempre, pero esta vez….

Sus ojos se abrieron de golpe mientras se sujetaba su hombro izquierdo el que siempre pensaba que estaba herido pero esta vez gritó de dolor, uno que había vivido hace más de dieciocho años atrás cuando aun vivía entre demonios. Lagrimas caían por sus mejillas al recordar tan vívidamente algo tan traumático junto a las ultimas palabras que escuchó en el único mundo que conocía.

“-Esto es un regalo para ti, demonio de bajo nivel- la voz se burlaba de ella -que te gusta lucir como un humano.- Una horrenda carcajada que podría derrumbar  todo a su paso salió de aquel tipo al cual no veía pero sabía de su existencia por el dolor de su cuello. -Serás humana como quieres pero jamás podrás regresar aquí.-

Sentía algo horrible su cuerpo se quemaba y trataba de gritar de dolor más no salía sonido alguno de ella, sólo era una testigo muda de lo que le estaba sucediendo. Podía sentir como su cuerpo poco a poco se quemaba, sin ella poder evitarlo de alguna manera.

-¿Por qué me tocan estos trabajos?- Escupió o eso ella creyó escuchar, cuando parecía que hablaba más para si mismo que para ella. -Aunque vayas donde vayas ese demonio parasito te seguirá y esto no será más que unas breves vacaciones para descansar de él, tu destino es ese…-

En ese momento dejó de escuchar, también dejo de sentir dolor, la verdad no sentía nada, su consciencia se había apagado, ya no sabía nada de nada.”

Aquello realmente había sido horrible de recordar porque había sido demasiado vivida cada sensación, en especial la de su cuerpo quemándose, las ultimas palabras que ella había escuchado eran para atormentar a cualquiera porque ahora se estaban cumpliendo, ella no podía escapar de Dellx, su mayor enemigo, a quien más odiaba y también a quien más temía. Lo peor de todo era que no habían formas de deshacerse de él a menos de que… uno de los dos muriese, ella no quería morir, no quería ese destino, porque una vez más podía estar con Erf. Debía de pensar en una forma de matarlo y ser libre por fin en este mundo donde ella podía estar tranquila.

Unos brazos rodearon cálidamente mientras estaba en ese estupor, un abrazo que conocía bien en el cual se apoyó porque era adorable que se encontrase cerca de ella en ese momento, justo cuando lo necesitaba después de aquel shock. Las suaves caricias en su espalda eran la prueba de que podía contar con él ahora era tiempo de decirle lo que tenía en mente. Primero le contó sobre como fueron sus últimos momentos en su ex-mundo, lo cual no había sido buena idea porque pudo ver una ira en sus ojos que difícilmente ella podría apagar pero cuando le dijo lo de que su enemigo era un parasito… él parecía ya saberlo, algo muy injusto pero era totalmente culpa de ella el no haberlo notado antes.

-Fremont, no puedo quedarme aquí para siempre, él me encontrará y me llevará lejos para poder alimentarse de mis gritos.- Veía ahora su cara en la que se reflejaba el miedo de perderla cosa que ella tampoco quería pero era una posibilidad que ambos sabían que era factible.

-No dejaré que eso pase… por eso le pedí a los Brandt que colocasen una barrera sobre la tienda.-  Ella abría mucho sus ojos demostrando sorpresa por la información que recibía, no se había esperado aquella medida. –Esta es la protección que tenemos por ahora, aunque yo también sé que no podemos quedarnos aquí para siempre, pero debemos salir de aquí y encontrar un lugar más seguro.

En ese momento ella lo empujó de manera brusca porque eso no era lo que ella quería, si quería estar junto a él pero no escapar, porque no había de otra forma, sino lo enfrentaban tendrían que escapar siempre. Ahora era él quien era tomado por sorpresa con su actitud y su acción, pero se mantuvo cercano a ella a pesar de que lo alejó pues sabía el por qué y de cierto modo lo entendía. Kimerlain resopló por la nariz y se arregló la pijama rosa de una sola pieza que llevaba antes de hablarle a su querido hermano.

-No, escapar es nada adorable y no quiero hacerlo, tu y yo sabemos que la única forma de deshacernos de él es enfrentándolo y matándolo, el problema aquí es como y cuando.- No parecía ella misma, sino más bien alguien frío. -Así que debemos de planificar el cómo y el cuándo lo haremos, a menos que quieras que lo haga yo sola.- Cosa que bien sabía que no podía hacer porque ella le tenía miedo al otro y como todos sus encuentros en este mundo de seguro se paralizaría quedando imposibilitada de acción, por eso le necesitaba a él de su lado.

Esa no era la chica que le gustaba a él a pesar de que alguna vez antes la había escuchado de hacer planes para matar a Dellx pero no en esta forma por lo que simplemente la abrazó y besó para tratar de hacerla volver en si misma antes de darle una respuesta a sus palabras pues, si se mantenía en esa posición él no le regalaría lo que tenía en mente, lo cual le convenía. Para la suerte de ambos la chica correspondió a las muestras de cariño y sus ojos parecían ser cálidos de nuevo.

-Ahora si…- Sonrió burlón al verla “adorable” como ella decía. -Debemos discutir esto bien, además no he estado sólo haciendo mi trabajo y estando a tu lado todos estos años.- Sonrió ampliamente. -Tengo un plan que de seguro funcionará.-

1 comentarios:

anama dijo...

XD lo sentí muy corto ¬¬
Muy bueno ya quiero leer el otro u.u
Felicidad, tristeza, ira y miedo a la ves.
Esperando para leer el próximo ^_^

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