¡No Puedes! 7


Séptimo Imperativo: Recuerda


Abría sus ojos de golpe y lo primero que sintió, porque a pesar de observaba su alrededor no enfocaba bien, fue una repugnancia inmensa por lo que sentía bajo su cuerpo, no podía detener lo que subía por su garganta y sin más lo dejó salir haciendo todo aun más asqueroso porque ahora tenía parte de su vomito por la barbilla y su hombro derecho y tenía bajo ella cuerpos en descomposición. No sabía el por qué estaba ahí pero de seguro no fue por voluntad propia, alguien tuvo que arrojarla, y sólo había un demonio capaz de hacer tal aberración, Dellx.

No movía ni un solo músculo de su cuerpo para no notar los cuerpos en distintos estados de descomposición que estaban bajo ella, pero aun así los sentía, su asco aumentaba y parecía que vomitaría de nuevo.  Esto era muy malo porque si no se movía no salía pero si lo hacía tendría que caminar sobre los cuerpos y en verdad era algo que no quería hacer por nada del mundo porque era nada adorable el hecho de que sus opciones fuesen esas y prefiriese no moverse. En ese momento deseaba ser un demonio alado porque podría salir volando y no sentiría nada más que aire a su alrededor, lo malo es que no lo era, odiaba su realidad.


Entre más tiempo pasaba allí, sola, sin más compañía que los cuerpos que lentamente se degeneraban a su alrededor, más pensaba que quizás esto no era tan malo, pero no quería tener la conciencia de donde estaba por lo que le quedaba de vida y mucho menos estar sin acceso a la poca comida que podía obtener. Tenía que levantarse y pisar a los cascarones vacíos de los que alguna vez estuvieron vivos, no sólo lo estaba pensando, sino que, lo hacía y ahora de pie era más consciente de la inmensidad del espacio donde estaba y podía examinarlo en busca de la salida, la cual parecía no estar y mientras se desesperaba por no verla… la sensación de la carne pútrida bajo sus pies comenzaba a asquearla nuevamente.

-Kimeeeeeer… Kimeeeeeeer…- una voz aguda la llamaba de manera suave -cada vez es más difícil encontrarte…- susurraba a su derecha. -¿Cómo es que se te ocurrió meterte aquí? ¿Sabes donde estas? ¿Sabías que apestas?-

Ella se giró a la izquierda, porque sabía que no estaría al lado que escuchaba su voz, siempre ha sido así con Erf, al único que no odiaba por como era sino por su aspecto, pero cosa que pasaba a ser insignificante porque era su amigo. Suspira.

-Si entraste a el “ultimo túnel” sabiendo que no podrías salir, significa que hay una salida- había perdido un poco la conciencia de donde estaba al tenerlo a él, su mirada estaba en él, en el pequeño demonio alado que parecía flotar a su lado. Pero finalmente se centró y en su boca había una sola orden. -Sácame.-

-Me encanta tu arrogancia aun sabiendo como luces y estas.- Sonríe y muestra sus dientes triangulares, sin animo de ser sarcástico con su comentario.  -Ahora… ¿me explicarías por qué se te ocurrió meterte aquí?-  La tomaba de los hombros y la levantaba del suelo aun flotando, es decir, no tenía necesidad de mover sus membranosas alas ahora que también cargaba con el peso de ella. –Sabes… demoré tres días en encontrarte…- dejó la frase sin terminar concentrándose en ascender y sacarla del lugar.

Kimerlain observando mientras era elevada se dio cuenta de lo profundo que era donde se había lanzado, se sintió estúpida pro haberlo hecho, por haber preocupado al demonio alado pero al menos había tenido tres días de paz y eso era algo invaluable en su vida, desde que Dellx había tomado manía con ella. Tenía que disculparse con su amigo, aunque por ser ella no lo haría y por ser él era innecesario.

-Ya no lo aguanto, tu puedes volar y eres escurridizo, yo no.- esas eran palabras de una chica que estaba harta de su situación pero no le veía salida entonces, sólo puede descargar su frustración en una envidia mal sana contra su único amigo.

El otro no se sintió atacado, conocía demasiado bien a la demonio para ello, por lo mismo no le respondió a sus palabras porque no quería hacer que siguiera con eso. Seguía elevándose y lo único que le interesaba era sacarla de aquel deprimente lugar y llevarla a alguno donde pudiese estar tranquila y que él no pudiese encontrarla. Al no contestarle el silencio se hacía inquietante pero al parecer se habían puesto de acuerdo para no romperlo sin ánimos de tratar ningún tema, aunque ella era la que menos quería hablar para no herirle así que simplemente el silencio duraría hasta el final del viaje.

Para la suerte de ambos el “ultimo túnel” no era un lugar concurrido, su flujo de demonios era casi nulo, a menos que se fuera a tirar cuerpos lo cual no era muy a menudo; salir de ese lugar sería fácil y sólo debían de cuidar la ruta que tomaban después cuando se alejasen de la entrada, lo que menos querían era toparse con Dellx, el enemigo en común que tenían, aunque para Erf sólo era el líder de los que lo maltrataban y para ella era… lo más odiado y también, aunque no quisiera aceptarlo era lo que más temía.

-Algún día como los humanos que caminan por la tierra, seremos libres…- prometió él mientras se levaban hasta una cueva en las alturas de una gran roca -podremos irnos de aquí, lo lograré por ambos.-

Esas palabras ya las había escuchado muchas veces pero, a pesar de eso, siempre le daban esperanza. Quizas debería haberlas escuchado antes de que ella decidiese tirarse a ese lugar, claro que ella tendría que haberlo buscado primero, cosa que no hizo, sólo se lanzó porque estaba harta de todo.

-Serán tiempos adorables.- A esas palabras su alado amigo sonríe ampliamente, le gustaba esa respuesta de ella, le gustaba que ella confiase en él y en su promesa.

-Duerme, descansa,- ella enarcaba una ceja ante esa suave orden -ya sabes, escapé de la entrega de un mensaje y tengo que…- asintió para él sin dejarle terminar sus palabras porque ya sabía el resto, conocía bien el trabajo de su amigo -volveré después.-

Sus alas se movían rápidamente por la prisa que llevaba, ella lo veía desaparecer en la oscuridad de las sombras volando a todo lo que podía. Lentamente comenzaban a cerrarse sus ojos por lo que se acomodaba en la estrecha cueva para dormir, esperaba así olvidar lo que había hecho y donde había estado… Había sido estúpida, muy irracional, pero parecía ser la única opción que había cuando cayó en la más profunda desesperación y sin su amigo a su lado, quien era el único que la comprendía por lo que pasaba y su forma de ser. Confiando en sus palabras y esperándole se quedó dormida.

-¡Erf!- Despertó llorando, desesperada por sentir que el único que la comprendía… ¿el único? ¿De quien estaba hablando? ¿A quien había llamado? ¿Estaba soñando? ¿Por qué sentía que le hacía falta? ¿Por qué sabía que no lo había vuelto a ver? ¿Por qué estaba tan desesperada? -¡Fremont!-

La mente de la chica era un desastre, no entendía nada, no sabía nada, ni si quiera a quienes había estado llamando, tampoco sabía donde estaba, no reconocía lo que miraba por lo que no sabía lo que era, todo era un caos para la pobre. Este era el peor despertar que había tenido en su vida, salvo… aquel despertar… Le dolía la cabeza, se la afirmó, pero eso no ayudó en nada porque estaba llenándose de preguntas y eso le hacía doler más aún. Dentro de las preguntas había una que la atormentaba porque era imposible que no lo supiese, que no supiese quien era ella.

-Kimerlain…-

1 comentarios:

anama dijo...

:O cada vez más cerca de descubrirse a si misma, que emoción.
Ahora comienzo a darle forma en mi cabeza.
^_^

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