Octavo Imperativo: Comprende
-¿Dónde estoy?- Observaba el lugar sin realmente encontrar algo que le dijese donde se encontraba, salvo la chica que la había llamado…. -¿A…ant….je?- La lentitud y la poco convicción en la forma de decirlo no eran propio de ella, a cualquiera que la conociese le hubiese espantado escucharla así de insegura pero la otra mantenía la calma porque desesperarse no era opción.
Primero la interpelad sólo la miraba, parecía estar analizando la situación antes de comenzar, lentamente, a acercársele, con un paso seguro, hasta donde estaba ella pseudo sentada y donde se acomodó mientras sus miradas se cruzaban y parecía que algo se decían pero Kimerlain no captaba el mensaje a pesar de que lo estaba respondiendo de alguna forma.
-Despertaste, antes de que te despertáramos.- Un hombre mayor que le parecía conocido se le acercaba aún más que la chica haciendo que la conversación visual terminase sin ella saber de que iba.-Eberhard…- se apunta a si mismo y luego a la chica -…y Antje Brandt, donde estas es una cama, estas en la habitación de mi hija, en nuestra casa.- Aquel que le hablaba estaba muy calmado, se notaba por la lentitud con que decía las cosas, teniendo casa cosa su sonido y significado exacto, en verdad quería que ella procesase la información correctamente.
-…- La pelirroja abrió la boca para decir “¡Ah!”, pero no salió sonido alguno de su garganta, quizás porque no era realmente necesario decirlo, quizás tenía miedo o quizás había enmudecido, las posibilidades eran muchas y la respuesta sólo la tenía ella aunque no podía darla en estas condiciones.
Se desesperaba al no poder expresarse por lo que un resoplido salió por su nariz sin poder detenerlo, el cual denotaba como se sentía, algo que ella consideraba como nada adorable al igual que tener que aclararse la garganta para intentar nuevamente comunicarse porque necesitaba tener respuestas a las interrogantes que se formaban en su mente y también darles a entender que ella estaba reconociendo su alrededor.
-Bien.- Su boca articulaba de nuevo esa palabra lentamente, esta vez casi letra por letra y con un sonido muy débil, lo cual no fue impedimento para que los Brandt la hayan escuchado.
-Responderé antes de que te fuerces más a hablar.- Se había adelantado a su padre a hablar pero este la detuvo porque era él quien tenía que hablar con Kimerlain, no era responsabilidad de su hija hacer esto por más cariño que le haya tomado a la chica de rojos cabellos.
-Tres días has estado “durmiendo”, la ropa que llevas te la ha cambiado Antje, tus padres saben que estas con nosotros,…- detuvo la enumeración de respuestas a las posibles preguntas que rondaban la cabeza de la chica, había hecho esta pausa porque las que vienen son difíciles de explicar pero… a su vez las más importantes -…si ya puedes hablar, pregunta.- No es que no pudiese explicarle, sino que no sabía como abordar el tema con la chica que parecía aun perdida a pesar de que sus ojos mostraban reconocimiento.
Quedó sorprendida por la respuesta a sus preguntas no formuladas, era justamente lo que quería saber, pero habían otras que al igual que para el hombre, no eran fáciles de pronunciar porque las sentía extrañas, que no tenían coherencia pero debía saber la respuesta a ello. Se removía inquieta en la cama sin saber como expresarlas, algo que tampoco era muy de ella y le molestaba, ni si las palabras saldrían de su boca.
-¿D… dónde… es…está Erf?- Para su sorpresa a pesar de la dificultad logró preguntar por el nombre que había gritado al despertar junto con… con… -¿Y Fremont?- preguntó por el otro nombre que reconocía un poco más que el otro aunque ambos los sentía igual de cercanos. No recibió respuesta a esas preguntas por lo que simplemente cambió la pregunta por una en la que su tono de voz se volvió serio. -¿Qué hace Dellx aquí?- En su fuero interno se preguntó quién era él y por qué al nombrarlo la imagen de aquel tipo rubio se le aparecía.
Padre e hija estaban tan sorprendidos por las preguntas y la claridad que la chica mostraba del asunto, que no las respondieron porque ellos tenían entendido que la chica no sabía nada de nada, eso era lo que les habían dicho y no se esperaban esto, de hecho no debería de ser así. Pero los Thantgate se caracterizaban por ser peculiares en todo sentido y en cualquier situación, por lo que esta no era la excepción.
-¿Y bien?- Se inquietaba al no escuchar respuesta, su voz lo demostraba. -No saben nada.- Aseveró mostrando lo cómoda que ya estaba hablando con su tono normal y fuerte. Estaba muy frustrada por eso les dijo eso ultimo, a pesar de que sabía que no debía desquitarse con ellos por no poder responderle, sentía que estaba fuera de si, que no era ella misma.
-Si no supiéramos…- soltó un suspiro suave y educado antes de proseguir -…no seríamos los más adecuados para cuidarte.- En el fondo ella lo sabía pero necesitaba escucharlo. -Por lo que sabemos Dellx vino hace sólo algunos meses y te estuvo buscando todo este tiempo.-
Con una mirada cómplice Kimerlain le agradece la información a su amiga como era normal entre ellas a pesar de la pesada sensación que se estaba formando en el ambiente que provenía de seguro del señor Bandt que tenía el seño fruncido durante el tiempo que la información le era entregada, y aunque molesto estaba por ello no interrumpió, a él le hubiese sido difícil responder la ultima pregunta de la chica porque obviamente las otras dos no eran quienes debían responderlas.
-Y te encontró.- Medita un poco sus palabras antes de seguir con su relato que era un tanto osco, como si no quisiera que ella supiese como estaba la situación. -Creíamos que si llegabas a saber algo de esto lo rechazarías sin tratar de encontrarle alguna lógica, pero nos sorprendes.- Ahora eran las chicas las desconcertadas por las palabras del hombre. -Ahora contesta a mis preguntas.- Radicalmente dejaba de darle información para exigirle respuestas, lo cual la desconcertó aun más. -¿Quién eres? ¿Cuántos años tienes? ¿Dónde vives? ¿Quién es tu familia? Y… ¿Qué eres?- Trató de no darle mucha importancia a la ultima pregunta que en verdad era la clave de todo, pero de todas formas dudó antes de decirla por no más de un par de segundos.
Mientras esperaba la respuesta a sus interrogantes se maldecía por no haberla dicho en medio para facilitarse las cosas, era el momento clave de todo, esperaba no arruinarlo porque las consecuencias no serían agradables. Antje entendía el por qué y el para qué de las preguntas de su padre, esperaba que así mismo ella al responder fuese entendiendo y no confundiéndose más porque ahora su rostro mostraba un disgusto tremendo al tener que responder tan simples preguntas, al cruzar miradas ella le envió un: “¿Para qué tengo que responder estas preguntas?”. Claramente se estaba debatiendo en si responderlas o no.
-Soy Kimerlain Thantgate,- al comenzar a responder seguía sin encontrarle un sentido a las preguntas -tengo dieciocho años desde que nací.- Había pensado en responder todo seguido pero su propia forma de decir cuantos años tenía se le había hecho extraña, no tenía porqué haber acotado eso, no era necesario.
Los Brandt estaban expectantes a cada palabra de la chica, su acotación los había asombrado y a Eberhard tranquilizado un poco porque eso denotaba que la chica iba por buen camino y que comprendería por si misma todas las cosas, las explicaciones por parte de él sobrarían.
-Vivo en una casa, a unas quince calles de aquí junto a mi familia que está compuesta por mi padre, madre, Erika, mi hermana menor y… Fremont mi hermano mayor.- Era parte de su familia a pesar de que hace más de una semana que ya no estaban juntos, le hacía tanta falta… -Y yo soy…- Sus labios temblaron, junto a todo su cuerpo que lo recorrió un escalofrío que la hizo detenerse antes de responder la ultima pregunta, una que debía de ser muy fácil, pero estaba teniendo problemas. -Yo soy…- Sus ojos se abrieron mucho desconcertada al entender todo tan de golpe, sabía lo que era.
1 comentarios:
Sigo devorándome los capítulos, lo que me agrada :D
Vamos por el 9.
Muchas felicidades por la historia, te mantiene interesada en cada frase.
^_^
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